La clase invertida o Flipped Classroom, es una alternativa de aprendizaje no tradicional, que busca involucrar de forma activa al alumno en el proceso de aprendizaje.
Es decir, el alumno deja de ser un receptor pasivo, que recibe lo que el docente da y hace lo que él le instruye.
En la clase invertida el alumno es un actor activo de su formación, se
le instruye en la uso de las diferentes herramientas tecnológicas y sobre todo del uso eficiente de Internet, como fuente principal de acceso a la información.
Este proceso lo que hace es facilitar al alumno adquirir conocimiento por su propia cuenta, para luego ser compartida con sus compañeros bajo la guia del docente. En
este sentido se revierte el modo tradicional de enseñanza, ahora el alumno busca información sobre los diferentes temas, aprende a usar diferentes tecnologías disponibles, comparte con sus compañeros
usando también diferentes recursos tecnologías como blogs, páginas Web, videos, etc. y el papel del docente es guiar y consolidar el aprendizaje.
Lo importante de la clase invertida es sin duda la valoración del aprendizaje autónomo, que se viva la experiencia de aprender por sí mismo y que se pueda compartir con
los demás.
El término Flipped Classroom fué acuñado por Jonathan Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química de Woodland Park High School en
Woodland Park Colorado. Su objetivo era evitar que los alumnos se “perdieran” cuando no podía asistir a clases por diferentes razones (enfermedad, viajes, etc.) por lo cual, grababan las clases
y se las entregaban a sus alumnos para que fueran vistos antes de ir a clase, en clase ponían en práctica lo visto a través de proyectos, con lo cual constataban lo aprendido y despejaban
dudas, comprobando que se tenía un resultado muy positivo en el aprendizaje.
es un actor activo de su formación, se
le instruye en la uso de las diferentes herramientas tecnológicas y sobre todo del uso eficiente de Internet, como fuente principal de acceso a la información.
