Me planteo lo que quiero y lo que busco de la vida... y he llegado a la conclusión que quiero ser feliz y busco ser feliz...

 

A primera vista simple, pero el tema no es tan sencillo.

Hay que empezar por definir que es felicidad, un concepto tan amplio, tan abstracto, tan problemático e incluyente y tal vez utópico.

 

Un estado de ánimo pensaran muchos, etéreo, inexistente, un estado mental...

Desde el punto de vista filosófico tocaría mencionar a Sigmund Freud (el logro de objetivos y el evitar el dolor) Nietzsche (combinación del dolor y placer), Santo Tomás de Aquino, (felicidad terrenal + felicidad divina, Dios como escancia y fin del hombre), Spinoza (dar con aquello que me hace crecer y evitar lo que me empequeñece), Aristoles (fuerza vital y lucha por lo que se quiere ser, venciendo la adversidad y el dolor), Kant (la felicidad está en ser racional, racionalidad que tiene su límite en la moral)… y muchos otros autores que le han votado corriente a este tema.

 

Pero sin ir muy lejos de cavilaciones filosóficas, preceptos religiosos, o la repetición de frases o dichos comunes, la felicidad para mí es el logro del equilibrio.

 

Equilibrio emocional, físico y racional, o sea, conectar, cuerpo, mente y alma.

 

Esto implica una búsqueda permanente de la superación personal, entendida como crecimiento, intelectual y emocional, tener el convencimiento de que hay un camino por recorrer, que se forja con disciplina, amando y disfrutando lo que se hace y con quien se hace, fijación constante de pequeñas metas y sueños, para alcanzar grandes logros.

 

El motor de la vida es el amor, en todas sus fases, amor propio para dar a los demás, amor familiar, de amigos, al ser amado, en fin, esa chispa que te conecta a tierra y te hace ver con otros ojos las cosas simples de la vida, pudiendo disfrutar tanto de un día soleado, como de un día de frio de lluvia… entendiendo que la vida es simple y maravillosa, que todos los días hay algo por aprender, algo que dar, algo que construir…

 

Por eso creo en la felicidad y sí existe, la experimento en cada momento de mi vida... no es una utopía, ni algo inalcanzable, está en mí, en mi corazón, en mi alma y todo lo que me rodea, en lo que puedo ver, en lo que puedo sentir, en lo puedo tocar,  oler, comer... miles de cosas maravillosas diariamente están allí para recordarmelo...

 

Desde luego Dios tiene mucho que ver en esto, no como una religión, o una explicación a lo desconocido, sino como la luz, la sabiduría, el entendimiento, el vínculo entre el cuerpo y el espíritu... esa paz que me da el silencio, la oración, el encuentro conmigo misma... ese Dios que entrego al mundo la formula mágica de la felicidad... " amar al projimo como a tí mismo"... parece simple en teoría pero en la práctica cuesta tanto... es cuestión de practicar... :)